DIARIO NORTEÑO
Las noticias del Norte Argentino
Los Maimareños, banda fundada en Salta por Juan «Pangolín» Preciado y Nehuel «El Grulla» Namaya se convirtió rapidamente en una banda de culto, con seguidores fieles que se desplazaban cientos de kilometros para disfrutar de sus conciertos improvisados, de escasa difusión y en escenarios naturales muy alejados de cualquier circuito musical. Carnavalitos, chacareras, bagualas, mucho Don Ata, un repertorio muy de folklore, pero también de tango e incluso rock, íntimo pero también festivo, con diferentes formaciones que pasaban del dúo al sexteto dependiendo de los músicos disponibles en la zona.
Los Malambos, Nenette o Plataviva fueron algunas de las bandas paralelas de Los Maimareños, también El Aguila Taura que incluía bandoneón y violín y estaba más enfocado al tango con versiones de Troilo, Astor y muchos más.
Sin apenas grabaciones profesionales saltaron a la fama tras la publicación de varios poemas en la revista Sur sobre el viaje «Del fuego a La Quiaca», periplo de más de tres años por tierras argentinas siguiendo entre otras la ruta 40 y adentrándose en los pueblos y aldeas más recónditos de la Pampa Argentina, de la Puna y los valles calchaquíes. Sus conciertos en el Pucará de Tilcara y la Quebrada de las Conchas son los más conocidos, también el espectáculo del río Pilcomayo y otro en el enclave Quilme en Amaycha, tuvieron mucha repercusión. Fueron conocidos también por la fiesta de Volcán, que algún periodista comparó con la llamada epidemia del baile de 1518, un episodio de coreomanía e histeria colectiva.
El concierto del Águila Taura en la garganta del Diablo de la Quebrada de Las Conchas tiene alguna grabación de escasa calidad pero queda en el recuerdo como uno de los más entrañables. Se habló mucho también del concierto a dos en el anfiteatro natural de la Quebrada, lugar frecuentado por músicos de todo tipo por su acústica. La fiesta posterior a ese concierto tuvo lugar en Cafayate donde dicen se bailó cumbia villera durante tres días.
Después de la separación definitiva de la banda tras el concierto de Salta no se volvió a escuchar nada de ellos, desaparecieron del imaginario colectivo tan rápido como irrumpieron en la escena alternativa del folklore nordestino. Las escasas grabaciones y crónicas de los conciertos fueron recuperadas por el periodista y fotógrafo Pablo del Cerro gracias al cual se ha podido elaborar este reportaje así como la documentación de la noticia de la muerte del Pangolín.